José Prado tiene 13 años y vive en la localidad de Santa Fe, en el centro de Bogotá. La migración lo hizo madurar precozmente porque a los 11 fue víctima de xenofobia, al poco tiempo de haber llegado a Colombia, cuando se vino en el 2018 junto a su hermano menor, su madre y su padre del estado Carabobo (Venezuela). En la capital colombiana su vida le cambió un 100%, ha vivido experiencias muy fuertes emocionalmente para su edad. Su madre, Marina Prado relata que apenas llegaron al barrio pasaron por una experiencia muy triste con unos vecinos. Ella los sacó a la cancha del sector para que compartieran con los otros niños un partido de fútbol. "Cuando preguntaron si podían jugar, los otros niños les escucharon el dialecto venezolano y empezaron a decirles que no jugaban con venecos, que porque eran ladrones” , lamentó. Ese día, José y su hermanito llora...
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